Monday, November 19, 2007

 

VIII Diálogo de Estudiantes de Lingüística PUCP

Hace ya bastante tiempo, cuando yo empezaba a estudiar lingüística en la PUCP, los alumnos nos organizamos para presentar trabajos en lo que fueron el I y II Diálogos de Estudiantes de Lingüística. Todas las ponencias de entonces surgieron de las clases de Mario Montalbetti---y eran por lo tanto, trabajos de sintaxis generativa. Esa idea, no sin ocasionales tropiezos, ha sobrevivido a sus iniciales propulsores (entre los cuales destacaba mi buen amigo Jorge Pérez Silva, hoy profesor de la PUCP) y se han organizado diversos Diálogos a lo largo de estos años. Precisamente esta semana es el turno del VIII Diálogo de Estudiantes de Lingüística, que tendrá lugar en la Universidad Católica (entre el miércoles 21 y el viernes 23 de noviembre), pero que cuenta también con la participación de estudiantes de San Marcos y la Villarreal. Además, según informa esta nota de im.verbe, los temas de las ponencias se han diversificado mucho, lo cual habla muy bien del crecimiento que ha tenido la Sección de Lingüística en mi antigua Universidad.

Un rasgo especial de este Diálogo es que celebra un doble aniversario. Resulta que este año se cumplen 150 años del nacimiento de Ferdinand de Saussure, quien fundó la reflexión lingüística moderna en sus clases en la Universidad de Ginebra (precisamente, durante los años 1906-1911, hace 100 años) y además se celebran los 50 años de la publicación de Syntactic Structures (1957), la obra fundamental de Noam Chomsky, que creó la lingüística formal y dio inicio a la llamada Revolución Cognitiva. Adicionalmente, el evento rinde un homenaje al maestro Luis Jaime Cisneros, principal animador de los estudios lingüísticos en el Perú en los últimos 60 años. Qué mejor manera de celebrar todo esto que con un Diálogo de Lingüística. Es una pena que no me pueda dar un saltito a escuchar las presentaciones.

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Friday, November 09, 2007

 

Cristina Presidenta, Carrió Presidente

Gracias a este post en el blog de Mariana, me entero de lo siguiente. En la pasada campaña presidencial argentina, las principales candidatas usaron, en su respectiva publicidad, dos versiones diferentes de la palabra que designa el cargo al que aspiraban. Cristina Fernández, hoy ganadora, postulaba bajo el lema de Cristina Presidenta; Elisa Carrió, bajo el de Carrió Presidente. Ciertamente, merece una explicación. Mariana, que es también lingüista, nos recuerda que presidente es:
un participio presente ("persona que está presidiendo"), así como lo son "amante", "estudiante", "ausente", "doliente", etc. Y todas estas formas no tienen flexión de género. Decimos "el amante de la China del norte", "la amante de Keneddy"; "los estudiantes" y "las estudiantes". ¿Por qué entonces "presidenta"?
Tras admitir que presidenta es una palabra aceptada en el Diccionario de la Real Academia, Mariana expresa su desacuerdo por la innovación:
Más allá de que pudiera estar aceptado, el "presidenta" hace énfasis en la condición femenina de la persona, y aquello que podría ser interpretado como un gesto reivindicativo, más bien a mi parecer termina deviniendo machismo puro.
Quisiera sugerir aquí que Mariana bien puede tener razón, aunque por razones un poquito diferentes a las que ella plantea. Me permito en adelante una explicación un poco técnica, pero creo que vale la pena reflexionar sobre esto con detalle.

Los lingüistas distinguen con frecuencia entre palabra posible y palabra actual (o real). Una palabra posible es toda aquella que el sistema puede generar. Por ejemplo, con la terminación -ada podemos formar palabras del tipo limonada, naranjada...fresada, maracuyada…Las dos primeras (limonada, naranjada) no solo son posibles sino que son actuales (es decir, están realmente en el léxico), en cambio las dos segundas (fresada, maracuyada) son posibles pero no actuales (aunque eventualmente alguien las podría actualizar, es decir, incluir en su léxico). El léxico se define como una lista de peculiaridades, de propiedades idiosincráticas, convencionales.

Ahora bien, el género de los sustantivos no es predecible. Eso es bastante obvio, ya que no hay nada en el sustantivo escritorio que lo haga masculino, o en el sustantivo mesa que lo haga femenino. Es decir, el género de los sustantivos es enteramente convencional. Eso es verdad no solo con los objetos inanimados, sino también con los animados; por ejemplo, tortuga es femenino, sea macho o hembra (para indicar masculino decimos la tortuga macho); lo mismo pasa con cóndor, que es siempre masculino (para indicar femenino decimos el cóndor hembra).

Sin embargo, los sustantivos deben clasificarse en un género antes de combinarse con otras palabras. Eso quiere decir que si presidente va a ser sustantivo, debe tener un género antes de combinarse. Es verdad que presidente es un participio presente (o activo), por lo tanto, sin género a cierto nivel; pero eso solo quiere decir que la forma abstracta de la palabra es inicialmente la siguiente: presid-ent-[ ], donde [ ] indica un espacio vacío para la marca de género.

Por supuesto, hay diversas partículas que expresan el género. "-e" es el sufijo que le corresponde a los participios activos. Sin embargo, "-e" es una forma no marcada del sufijo de género, es decir, puede corresponder a masculino o a femenino (por ejemplo: el puente, la parte). En ese sentido, no hay ningún problema en decir la presidente (es una legítima posibilidad del sistema). Pero bajo el mismo razonamiento no puede haber ningún problema tampoco en decir la presidenta: es perfectamente posible en el sistema, aunque sea la forma marcada, es decir, la que corresponde a un solo género (femenino, en este caso). En otras palabras, el participio activo presid-ent-[ ] puede llenar su espacio vacío con la forma no marcada "-e" (que resulta en presidente) o con la forma marcada "-a" (que resulta en presidenta).

El problema ahora es si todas esas posibilidades se realizan efectivamente o no. Las siguientes son, todas, palabras posibles, pero las que están señaladas con asterisco no son palabras actuales:

(1) sirviente / sirvienta
(2) cantante / *cantanta
(3) *polente / polenta

Noten que existen todos los casos: (1) donde los dos lados están realizados; (2) donde solo el lado masculino está realizado, (3) donde solo el lado femenino está realizado. Claramente, para muchos hablantes (yo incluido), presidente / presidenta ha pasado de ser del tipo (2) a ser del tipo (1).

Dado que esta es una realización no previsible por el sistema, constituye precisamente el espacio ideal para la manipulación consciente por parte de los hablantes---en otras palabras, la situación ideal para que cada grupo de usuarios introduzca sus propios intereses, su propia agenda, sin afectar las regularidades del idioma.

¿Es machista preocuparse por usar presidenta? ¿o lo contrario? No es algo que pueda decidirse a priori. Es perfectamente posible usar presidenta para fingir no ser machista (como Mariana parece sugerir en su post), pero también es posible usar esa palabra para tratar de no ser machista. Y es también posible decir presidente sin ser machista, así como es posible encapricharse en este último uso por mero machismo. A diferencia del género gramatical, ser machista no es una propiedad de las palabras, sino de los hablantes. Por supuesto, las palabras son también una propiedad de los hablantes, y no es ninguna sorpresa que revelen lo que estos creen. Pero descubrirlo no es tan simple, especialmente en casos como el que discutimos ahora, donde hay tantas posibilidades.

Curiosamente, hay una diferencia adicional entre los lemas políticos. Cristina Presidenta usa el nombre propio de la candidata, que está (obviamente) marcado como femenino. Carrió Presidente usa el apellido de la candidata. Ahora bien, a diferencia de los nombres, los apellidos en español no pueden llevar marca de género. Es demasiada casualidad que la elección del apellido corresponda con la forma no marcada (Carrió Presidente) y la elección del nombre corresponda con la forma marcada (Cristina Presidenta). No es imposible que la campaña de Fernández escogiera presidenta por razones prácticas: para “hacer ruido”, para sugerir que hay un cambio, para consagrar la idea de que una mujer vaya a ser presidenta (un resultado que, dicho sea de paso, hay que celebrar). Tampoco es imposible que sea un mero caso de concordancia.

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Wednesday, November 07, 2007

 

De la época Precolombina

Es cierto, hace bastante tiempo que no escribo un post. He estado enterrado de trabajo, y todavía sigo así, pero ya estoy saliendo un poco, encontrando más tiempo y espacio (me he mudado, tengo un nuevo trabajo, nueva gente que conocer, etc, etc). Muchas gracias a todos los que me han escrito con sugerencias y comentarios. No los he perdido de vista.

Regreso rápidamente, gracias a este post de Gustavo Faverón, que da cuenta, entre otras cosas, de un posible uso diferente de la palabra precolombina, que no había escuchado antes---aunque no solo es imaginable sino que está registrado en varias ediciones del Diccionario de la Real Academia:

Libros que datan del siglo XVI, otros de la época Precolombina, Colonia y Conquista, son los que ha devuelto Chile al Perú sustraídos durante la ocupación de la tropa chilena en la Guerra del Pacífico.
RPP, Lunes 5 de noviembre del 2007

La pregunta aquí es qué quiere decir que la Biblioteca Nacional del Perú tenía libros de la época Precolombina.

Como saben los gramáticos, cuando se combinan las partes de una palabra, se produce un significado sistemático y predecible (por ejemplo, construcción puede significar simplemente el proceso de construir), pero se puede añadir también un sentido idiosincrático, no predecible (por ejemplo, construcción puede querer decir también "edificio"). En ese sentido, precolombino significa simplemente "antes de Colón"; sin embargo, su uso está idiosincráticamente restringido al ámbito americano (por razones históricas y culturales bastante claras). Es decir, por ejemplo, el Imperio Romano es ciertamente precolombino en el sentido formal del término, pero no lo es en su sentido idiosincrático.

En este último sentido, que es el habitual en el español, libros precolombinos solo pueden ser los libros hechos en el continente americano antes de la llegada de Colón. No es que tales libros no existan (aunque hay solo cuatro de ellos, que se pueden consultar en versión pdf aquí: son lo que ha quedado de los códices mayas), pero ciertamente no estuvieron nunca en la Biblioteca Nacional---alguno podría cuestionar si los códices mayas cuentan como "libro", pero dejo ese debate para otra ocasión.

La restricción a lo americano fue recogida por el DRAE desde la primera inclusión de la palabra en 1925:

PRECOLOMBINO, NA (De pre y Colombus) adj. Se dice de lo relativo a América, antes de su descubrimiento por Cristóbal Colón.
DRAE, 1925

Esta definición permaneció más o menos sin modificaciones por 45 años, hasta que en el Suplemento al DRAE de 1970 se cambia por esta otra:

Precolombino, na. ... [Enmienda] adj. Anterior a los viajes y descubrimientos de Cristóbal Colón.
DRAE, Suplemento 1970

Es decir, se elimina la restricción de ser relativo a América. De acuerdo con la nueva definición, que permanece invariable hasta la actual versión oficial, el Imperio Romano es ahora precolombino (lo mismo que el resto de la historia humana antes de Colón). No conozco las razones del cambio---solo cabe confiar en que se hizo basándose en textos que contenían ese uso. Es interesante notar, sin embargo, que para la novísima edición vigésimo tercera del DRAE se ha propuesto regresar a la definición anterior, con ciertas modificaciones menores:

precolombino, na.
(De pre- y Colombus).
1. adj.
Dicho de Iberoamérica o de lo iberoamericano: Anterior a los descubrimientos de Cristóbal Colón.
Propuesta para la edición vigésimo tercera del DRAE
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Es decir, la restricción idiosincrática regresa al diccionario (con justa razón, por supuesto).

Queda todavía el misterio de qué quiere decir de la época Precolombina en el texto de RPP. Posiblemente el redactor enumera nombres escolares de épocas antiguas para reforzar el carácter histórico de los libros devueltos. Si eso es correcto, "de la época Precolombina, Colonia y Conquista" quiere decir simplemente "antiguos"---en otras palabras, es solo una manera formal de decir "del año de Ñangué".

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