Wednesday, July 16, 2008

 

De profundo a contemporáneo: el quechua nuestro

Como habíamos notado antes, existe un pequeño pero creciente interés por las lenguas originarias del Perú. En los últimos años, para escándalo de algunos despistados, el quechua ha invadido diversos escenarios del gran teatro oficial: el Congreso de la República, la Catedral de Lima, Viña del Mar. No es para menos: la migración interna ha concentrado en Lima a más de medio millón de hablantes de quechua, convirtiéndola en la ciudad con más quechuahablantes en el mundo (y hay varios otros miles que hablan aymara y otras lenguas peruanas). Paulatinamente, el quechua deja de ser invisible, y reta el imaginario de los limeños, al enfrentarlos a una parte crucial del Perú que han ignorado por generaciones.

Una ciudad es esencialmente un mercado: un lugar de tráfico, de comercio, de intercambio. Pero no solo se negocian bienes y monedas: las ideas, las costumbres, las metas, la música, y por supuesto, las palabras, circulan con la misma o con mayor intensidad a través de la espesa telaraña de redes interpersonales que es una ciudad. Si apenas ayer se marginaba el quechua a un idílico Perú "profundo", y se le oponía al Perú "contemporáneo", hoy estamos en condiciones de reconocer en los quechuahablantes una irrenunciable parte del Perú contemporáneo, visible y oficial, y no meramente una curiosidad "profunda". Por supuesto, no es un proceso que haya terminado, pero me parece que ya se ha cruzado el Rubicón y que no hay vuelta atrás.

El efecto de este descubrimiento es doble: así como los quechuahablantes le han cambiado la imagen del Perú al resto de los peruanos en el transcurso de dos generaciones, el resto de nosotros también los hemos cambiado a ellos. Ninguna de esas transformaciones debería verse con tristeza---es ingenuo esperar que dos comunidades (o dos personas) sean exactamente las mismas luego de convivir juntas por mucho tiempo (es más, es escandaloso que hayan pasado quinientos años para que empiecen a integrarse).

Un estupendo ejemplo de esta simbiósis contemporánea nos lo da este comercial de teléfonos celulares, grabado en quechua, producido por la agencia Publicis:



No todo el mundo ha recibido con entusiasmo este video. En palabras de Peruanista (donde encontré originalmente el video):
Las talentosas artistas Dina Paucar y Sonia Morales se presentan en esta publicidad con el cabello pintado de colores. No seria nada extraordinario, de no ser porque existe un patrón cultural bien lamentable entre las mujeres peruanas en Perú y en el exterior: es impresionante por ejemplo, cuando visito restaurantes peruanos en el área metropolitana de Washington, DC, ver la cantidad de peruanas nativas que visten el cabello pintado de rubio amarillo. Se trata de cubrir nuestra raza originaria, porque tristemente algunas mujeres indígenas creen que para lograr el éxito, ellas tienen que ocultar su origen étnico.
Peruanista. 16 de julio del 2008
Tengo que estar en desacuerdo con este comentario. Para empezar, las "peruanas nativas" no son las únicas que se pintan el pelo. No hay nada más común que encontrar una mujer que se pinta el pelo, en todas partes donde tienen acceso a tintes para el cabello---ver aquí una entrevista a un publicista de la compañía Dove que dice que una de cada dos mujeres argentinas tiene el pelo pintado, no precisamente para "ocultar su origen étnico". No me corresponde a mí especular por qué es así (pueden leer aquí un serio estudio al respecto). Pero si algo muestra el cabello pintado de las cantantes en ese comercial es justamente que las quechuahablantes no están (nunca estuvieron) a la espera de que alguien más las defina desde fuera y les diga qué pueden hacer o no con su cabello. Muestra también que las quechuahablantes son exactamente como todas las otras mujeres. Así como es por completo absurdo que alguien se escandalice porque una quechuahablante hable en quechua en el Congreso, es también absurdo que nos escandalicemos porque se pinte el pelo.

Peruanista observa algo más.
Al final de este comercial se incluye a un grupo de blancos -incluyendo a un travesti vestido de mujer andina- quienes terminan hablando en quechua. No entiendo por qué Publicis no pudo incluir a peruanos cobrizos en un comercial hecho en quechua. Es que como en la mayoría de la publicidad producida en Lima, este comercial también tenía que incluir a blancos de nacimiento o de cirugía plástica. Por supuesto, para estos publicistas de Lima que no conocen todo Perú, tampoco hay negros que hablen el runa simi.
Peruanista. 16 de julio del 2008
Creo que este comentario pierde de vista algo crucial. El final del comercial plantea un idea extraordinaria: que algún día todos (y no solo los "cobrizos") hablemos quechua. Ni Arguedas se atrevió a soñar semejante utopía. Que esta publicidad nos la suelte es una excelente noticia: la idea es que los "otros" peruanos quieren hacer negocios con los quechuahablantes, quieren que los escuchen, y para eso, le hablan en su lengua, el quechua. La inversión simbólica no podría ser más radical: los castellanohablantes estamos demasiado acostumbrados a hacernos oír en español, por una vez, siquiera en la ficción idealizada de un comercial, queremos comunicarnos en quechua. Esto es algo tan inconcebible en el Perú, que cuando alguien lo propone, aunque sea lúdicamente, se malinterpreta como una agresión, o como un desvarío---por supuesto, la opinión de Peruanista se alimenta también de la comprensible desconfianza en "los publicistas de Lima", quienes nos han enrostrado toda suerte de tonterías.

Hagamos votos para que haya muchos más comerciales en quechua (y en aymara, en amarakaeri, en ashéninca...). Y que allí sus hablantes no sean una figura decorativa, una estampa de álbum. Que se pinten el pelo, que toquen rock, que hablen por celular, que paguen con tarjetas de crédito, que distingan Pepsi de Coca-Cola, que usen bikini, que participen en la guerra de las cervezas, que compren en Wong, que viajen por KLM. En quechua. Que su lengua deje de ocultarse en la profundidades de un mito falsamente protector. Que reclame para sí los reales que sin lugar a dudas le corresponden: la plenitud de un idioma inconfundiblemente contemporáneo.

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Monday, July 14, 2008

 

Discriminar

Discriminar proviene del latín discrimināre, que significaba "separar" o "diferenciar". La palabra no tuvo mucho éxito en el español temprano---las pocas menciones que encontramos antes del siglo XIX están casi todas en textos legales, y muchas de ellas constituyen directas adaptaciones de textos latinos. Curiosamente, es en el español académico latinoamericano donde el vocablo renace. La Real Academia incorpora discriminar en la décimoquinta edición de su Diccionario, recién en 1925, anotando que se usa así en Argentina y Colombia:
Discriminar
tr. Argent. y Colomb. Separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra
RAE (1925) Diccionario de la lengua española
En efecto, gracias al CORDE, hallamos este uso de discriminar en un texto colombiano decimonónico:
Leyes de Colombia i de la Nueva Granada, contradictorias en su mayor parte, embrolladas i llenas de cardinales defectos, por la dificultad que habia en discriminar las vijentes, reformadas o derogadas, i sobre todo, esparcidas en mas de veinte códigos anuales, componian la lejislacion administrativa del país.
Samper, José María (1853) Apuntamientos para la historia política y social de la Nueva Granada.
Es importante notar que en este texto (así como en la definición académica de 1925), discriminar no tiene el sentido de exclusión o maltrato que hoy categóricamente exhibe. De hecho, este significado no aparece en el Diccionario académico sino hasta 1970, cuando la RAE consigna una doble acepción para esta palabra:
Discriminar
1. Separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra || 2. Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.
RAE (1970) Diccionario de la lengua española
Por supuesto, eso no quiere decir que ese sentido apareció ese año, sino que para ese momento ya estaba lo suficientemente extendido como para que la RAE lo incluyera. Así se mantienen las cosas inclusive hasta la edición vigésimo primera del Diccionario (de 1992). Para la edición del 2001, la RAE reconoce que la primera acepción ("separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra") ya se había diluido en español, y que la segunda (la idea de maltrato) había invadido el primer sentido. Por eso, la vigésimo segunda edición del Diccionario define así esta palabra:
discriminar
1. tr. Seleccionar excluyendo.
2. tr. Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.
RAE (2001) Diccionario de la lengua española
Lo que empezó como diferenciación, ha pasado a convertirse en selección, exclusión, maltrato. La transformación, por supuesto, refleja el impacto que los grandes debates sobre la igualdad y la tolerancia han tenido sobre el léxico cotidiano del español a lo largo del siglo XX. En ese sentido, hay que ver este cambio con satisfacción.

El primer significado no se ha perdido del todo, sin embargo. No solo ha dejado su huella en la idea de selección, sino que además se emplea directamente en ciertas jergas académicas, especialmente por la influencia del inglés to discriminate, que todavía conserva sin pudor el sentido original latino junto con el nuevo sentido de exclusión y maltrato (es más, en inglés es posible to discriminate in favor of y to discriminate against, esto es "discriminar a favor" y "discriminar en contra" libremente, lo que no es posible en nuestra lengua). Aquí algunos ejemplos de esa permanencia en español:
En otras palabras, el cerebro no se basta a sí mismo para extraer del mundo todo lo necesario para saber de él, sino que necesita que el mundo esté presente para que complete sus análisis. Por tanto, las propiedades de las cosas que el cerebro detecta y discrimina (los "rojos", las formas "redondas", la cara de un familiar) no se copian o representan en el cerebro, sino que se extienden a lo largo del complejo que forman el cerebro-mundo
Óscar Vilarroya "Una hipótesis sobre cómo siente, piensa y se comunica el cerebro"- Percepnet.com
Estos responden evaluando la problemática especial de la escuela y atendiendo en ella con equipos especializados. Por ejemplo: un equipo sistémico de psicología de familia; otro de dificultades de aprendizaje que trabajaba a partir de tests para localizar problemas muy finos en el proceso cognitivo, pues hay chicos que no perciben o no discriminan formas o sonidos, o no pueden conectar el grafismo con el sonido o coordinar los distintos elementos de la palabra oral o escrita.
Reportaje a Silvia Silberman
Y por supuesto, no falta quien aspira a rescatar el sentido primigenio de la palabra, como mi buen amigo Daniel Salas:
Las categorías tienen como finalidad distinguir. La categoría "peruano" distingue a los peruanos de los argentinos, los colombianos, los serbios, etc. Tú eres peruano en la medida en que te encuentras frente a otras personas que no lo son.
[...]
Entonces, allí subsiste la posibilidad del vocablo de discriminar. "Discriminar", por cierto, no siempre es una operación racista: en un sentido lato, "discriminar" significa "distinguir". Tú puedes discriminar a tu amigo como cholo en tanto que lo percibes diferente del asiático, del negro, del blanco, etc. Sólo cuando la discriminación implica una valoración prejuiciosa de la persona en razón de tal distinción, se puede hablar de discriminación racista.
Daniel Salas GCC. 1 de julio del 2008
Aclaro de nuevo: "discriminar" quiere decir "distinguir". Una categoría me puede servir para discriminar hombres de mujeres, otra para distinguir altos de bajos y otra para diferenciar liberales de conservadores.
Daniel Salas GCC. 14 de julio del 2008
Aunque no carece de méritos, me temo que este último esfuerzo sea infructuoso (hasta los miembros de la RAE se han rendido). No creo que haya que tener pena por eso, ni mucho menos. Al contrario, creo que es positivo que exista una manera inequívoca de distinguir entre "diferenciar" y, bueno,..."discriminar".

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Saturday, July 05, 2008

 

Impasse

La palabra francesa impasse significa originalmente "rue sans issue", esto es, "calle sin salida"---como en toda ciudad respetable, en París no falta uno que otro impasse (en la foto, por ejemplo, la señal anuncia el Impasse Vandal, en el XIV Distrito). No es difícil ver cómo se puede convertir esta noción en un concepto más abstracto: un embrollo del cual no sabemos cómo salir puede ser descrito como un impasse. De hecho, la castiza expresión española callejón sin salida ha pasado por el mismo proceso, y por esa razón, la Real Academia rechaza el uso de impasse en el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD):
impasse. Voz francesa que significa ‘situación de difícil o imposible resolución, o en la que no se produce ningún avance’. Su uso es innecesario en español, por existir las expresiones callejón sin salida o punto muerto, de sentido equivalente: «Las posibilidades para encontrar una solución favorable podrían llegar a un callejón sin salida» (Siglo [Guat.] 7.10.97); «Francia es responsable del punto muerto en las negociaciones» (País [Esp.] 11.9.77). A veces se utiliza erróneamente por compás de espera, expresión que significa, simplemente, ‘detención temporal de un asunto’.
Real Academia Española
(2005) Diccionario Panhispánico de Dudas.
Sin embargo, impasse se usa también en un sentido relacionado pero algo diferente al propuesto por la Academia. Considérese este reciente titular:
Bolivia se arrepiente y pone paños fríos a impasse
En un intento por poner paños fríos al revuelo causado por las altisonantes declaraciones del mandatario boliviano Evo Morales, su vicepresidente, Alvaro García Linera, dio la cara para decir que su país hará los “mejores esfuerzos” para recomponer las relaciones diplomáticas con el Perú. “Vamos a ver las mejores formas de regresar a un ambiente amigable y de mutua cooperación”, manifestó.
Correo, 5 de julio del 2008
Como el lector puede comprobar con facilidad, ninguna de las expresiones alternativas sugeridas por el DPD sería enteramente apropiada para sustituir impasse en este texto:
Bolivia se arrepiente y pone paños fríos a callejón sin salida
Bolivia se arrepiente y pone paños fríos a punto muerto
Y tampoco se trata del uso que la Academia considera erróneo (poniendo aparte el curioso hecho de que se señale que sea un "error" algo que es una desviación con respecto de un uso que también se está condenando):
Bolivia se arrepiente y pone paños fríos a compás de espera
Es decir, estamos ante un sentido distinto: en el texto citado impasse quiere decir más bien embrollo o revuelo, no realmente callejón sin salida. Por supuesto, este empleo no es exclusivo del Perú, sino que se encuentra fácilmente en otras variedades de español. Aquí algunos ejemplos:
Bolivia y EEUU hablan de mejorar relaciones tras impasse
The Associated Press
LA PAZ—Los gobiernos de Bolivia y Estados Unidos manifestaron el jueves su intención de iniciar una nueva etapa en sus maltrechas relaciones, pero reconocieron que deben resolver problemas para crear un clima de confianza.
El Paso Times. 3 de julio del 2003

Impasse entre buseros y VMT por pago a subsidio
La refrenda de la tarjeta de circulación de los transportistas multados por alterar la tarifa separa de nuevo al Viceministerio de Transporte y ese grupo de empresarios que sumaron al aumento ilegal al pasaje el 4 de junio. Empresarios aglutinados en gremiales como AEAS, Coset, Casit y Rutas Orientales aseguran que el VMT les exige requisitos que no estaban contemplados en el reglamento de la Ley de Estabilización de Tarifas para cobrar el subsidio.
ElSalvador.com 2 de Julio del 2008

Analizan precio del quintal de arroz
El impasse con los integrantes del sector arrocero terminó cuando se llegó a un acuerdo para que se establesca un nuevo precio para el verano.
El Telégrafo (Guayaquil). 4 de julio del 2008

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