Friday, December 10, 2010

 

El Premio Nobel (Nóbel) (de la Paz) en Literatura

Casi nada puedo agregar a los innumerables elogios que ha recibido Mario Vargas Llosa desde que la Academia Sueca anunció que le había otorgado el Premio Nobel de Literatura este año. Se trata de uno de mis escritores favoritos, y sin duda, del más importante escritor en lengua hispana vivo. Este es un blog de lingüística, así que estaría fuera de lugar que dijera más. Pero la casualidad me ha permitido que pueda escribir una nota relacionada. Vaya aquí como homenaje a Vargas Llosa, uno de los más eficaces campeones de la palabra al servicio de la libertad del individuo, la práctica de la justicia y la búsqueda de la verdad.

Entre los muchos que han expresado su satisfacción por el reconocimiento al escritor peruano ha estado Alejandro Toledo, expresidente de la República. Lo ha hecho con estas notables palabras:
el enorme logro, ese privilegio que Mario Vargas Llosa regala con su pluma, con su talento, al Perú al lograr el Premio Nobel de la Paz en Literatura
Alejandro Toledo, entrevista televisada Dic, 2010 (0:20)

Dos cosas salta a la vista, una más fácil de percibir que la otra. Comencemos por la más oscura. Si escuchamos la entrevista:



descubrimos que Toledo, como casi todos los peruanos, y la mayoría de los hispanoablantes, pronuncia [nóbel], es decir, pronuncia el nombre del premio con acento grave y no con acepto agudo [nobél]. Si esto al lector no le parece digno de mención, es porque no ha leído la entrada correspondiente del Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE:
Nobel. 1. Nombre de los premios instituidos por el químico sueco Alfred Nobel. En su lengua de origen, el sueco, es palabra aguda ([nobél]), y así se recomienda pronunciarla en español, a pesar de que la pronunciación llana [nóbel] está muy extendida, incluso entre personas cultas.
Diccionario Panhispánico de Dudas
Lo que la RAE (de la cual Vargas Llosa es miembro numerario) nos dice allí que es incorrecto pronunciar la palabra de manera grave [nóbel] sino que hay que pronunciarla aguda [nobél]. Además nos dice que esto es lo recomendable inclusive si contradice la forma de hablar de las personas cultas. Ciertamente las personas que pronuncian esta palabra grave [nóbel] son de lo más cultas, tanto que inclusive son miembros de la RAE, como por ejemplo...Mario Vargas Llosa, quien puede ser oído aquí (minuto 0:35) pronunciando [nóbel] y no [nobél]:



Es decir, lo que la RAE nos dice es que debemos hablar de una manera que es tan ajena a la realidad, que ni sus propios miembros hablan así.

Y los efectos de esta recomendación no se limitan a la pronunciación. Tiene un efecto ortográfico. Si la palabra se fuerza a ser aguda [nobél], entonces no debe escribirse con tilde (las palabras agudas solo llevan tilde cuando terminan en -n, -s o vocal). Debemos escribir, pues, Premio Nobel. Pero como en la realidad pronunciamos una palabra grave [nóbel], en cumplimiento con la regla académica según la cual las graves deben llevar tilde cuando terminan en consonante que no sea -n o -s, deberíamos escribir Premio Nóbel.

La recomendación de la RAE, entonces, no solamente nos condena a no hablar como miembros de la RAE ni como ganadores de Premio Nobel, sino que nos fuerza a cometer una violación de las reglas de acentuación---lo que nos muestra, una vez más, que el discurso prescriptivo es, de hecho, un escollo si queremos apoyarnos en la intuición del estudiante al enseñarle las reglas ortográficas.

La segunda peculiaridad de la felicitación de Toledo a Vargas Llosa es más visible. El expresidente llama al galardón: Premio Nobel de la Paz en Literatura.

Contrario a lo que podría pensarse a la primera impresión, no se trata de un galimatías, sino del uso de un procedimiento relativamente normal en español (y otras muchas lenguas), a saber, la creación de un hiperónimo a partir del nombre de una de las palabras hipónimas. Por ejemplo, si tomamos la clase de palabras reunidas bajo la denominación dentífrico encontramos palabras como: kolynos, colgate, dento, etc. Todos estos son hipónimos de dentífrico, que es el hiperónimo. Ahora bien, ocurre que, a veces uno de los hipónimos asciende a hiperónimo; por ejemplo, un diálogo del siguiente tipo no es raro (gracias a Joe Tovar por el ejemplo original):
-Véndame un kolynos.
-¿De qué marca?
-Colgate
No es que los interlocutores no saben de lo que están hablando, sino que para ambos kolynos se ha convertido en el hiperónimo, y designa no solamente a una marca en particular sino a toda la clase. Estas situaciones no son raras. Encontramos expresiones como una gillete philips e incluso googlear en Yahoo. En ninguno de estos casos podemos decir que el hablante es ignorante o que hay algo que ignora. Al contrario, se trata de un procedimiento creativo, innovador. Se está creando conocimiento.

Y por supuesto, eso es lo que está pasando en Premio Nobel de la Paz en Literatura, donde Premio Nobel de la Paz se convierte en el hiperónimo del resto de los otros Premios Nobeles, en efecto equivalente a Premio Nobel.

Es más, no se trata de una innovación de Toledo, sino de un procedimiento más general, pues hay otras instancias, en otros hablantes. Aquí algunos ejemplos: 
El ganador del Premio Nobel de la Paz de Literatura, Gabriel García Márquez, regresó a su país natal, Colombia, tras dos años de exilio voluntario en México.
La Prensa, 9 de abril del 2008
Ramón y Cajal, el científico español que ganó el premio nobel de la paz en medicina y psicología.
Indice Histórico Español. Universidad de Barcelona. Centro de Estudios Históricos Internacionales. p. 296

El Dr. Jacinto Convit de Venezuela (1913) es un experto de renombre en lepra y en enfermedades tropicales. [...] Su ardua labor en esta área, condujo a ser nominado al Premio Nobel de la Paz en Medicina en 1988.
Página de la Organización Mundial de la Salud

Uno podría imaginar que estos hablantes han cometido un error de contenido, y creen que los galardonados han recibido efectivamente el Nobel de la Paz. Para que eso sea un error de contenido, el que dice la frase tendría que creer que Ramón y Cajal no hizo ningún descubrimiento médico sino que hizo una labor de pacificación en la medicina (que evitó una huelga de hospitales, por ejemplo). Lo mismo con Toledo: tendría que creer que Vargas Llosa no es un escritor sino un pacificador de literatos (un mediador de polémicas literarias, digamos). Pero el contexto claramente descarta esa interpretación.

Estamos, pues, ante una innovación en marcha, la creación de Premio Nobel de la Paz como hiperónimo de Premio Nobel. No sabemos cuál será su futuro, por supuesto. Eso, como la propia RAE sostiene, depende exclusivamente de los hablantes.

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