Friday, December 15, 2006

 

Limpieza lingüística

Los conflictos lingüísticos no son un mero capricho de políticos excéntricos en países subdesarrollados. Están por todas partes y en todas partes provocan más o menos las mismas reacciones. Un ejemplo es Bélgica. En el pequeño reino europeo de poco más de diez millones de habitantes conviven tres lenguas y no siempre amablemente. Al norte del país se habla flamenco (una variedad del neerlandés, al cual pertenece también el holandés), al sur se habla valón (una variedad del francés) y en el extremo oriental se habla alemán---quizá no es casualidad que el más famoso cuadro de la torre de Babel (en la foto) sea obra de un pintor flamenco, Pieter Brueghel.

La región de Flandes es la más rica y próspera, y en ella está en auge, como en varias otras regiones de Europa, un movimiento nacionalista, el cual, entre otras cosas, involucra también el uso del flamenco (cuya designación oficial en Bélgica es neerlandés). Hace unos meses, el Ayuntamiento de Merchtem, una villa de menos de 15,000 habitantes cerca de Bruselas, prohibió el uso del valón (llamado oficialmente francés) en las escuelas locales; ni los alumnos, ni los padres, ni los profesores pueden hablar otra cosa que no sea neerlandés. Recientemente, el Parlamento flamenco ha ido todavía más lejos, al exigir que quienes quieran alquilar viviendas a través de los programas sociales del gobierno (un sistema que ofrece viviendas baratas), deben aprender a hablar neerlandés. La iniciativa, contra lo que el estereotipo nos haría esperar, proviene de los políticos más liberales, uno de los cuales defiende el decreto así:

"No hay discriminación", dice. "Lo que queremos es facilitar la convivencia en las viviendas sociales mediante una mejor integración".
El País, 15 de diciembre del 2006

La medida, como no han dejado de observar los críticos, va a tener el efecto de limpiar la región de Flandes de personas pobres (la mayoría de las cuales habla francés en la zona), quienes se pueden ver empujadas a mudarse hacia la región de Valonia (de habla francesa) o hacia Bruselas (la capital, oficialmente bilingüe, que no pertenece a ninguna de las regiones y que es, además, sede de los principales órganos de gobierno de la Unión Europea, para la cual todas las lenguas habladas en su territorio son oficiales). Todo un ejercicio de limpieza lingüística y social.

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Comments:
No hace falta salir de los ámbitos hispánicos para encontrar conflictos lingüísticos. En España, la situación lingüística también es a veces tensa. Recientemente escuché a un profesor mío que Elvira Lindo, una conocida escritora española, fue a Barcelona, creo que a pronunciar un discurso, y no la dejaron porque Elvira Lindo no es hablante de catalán y su discurso sería en castellano. Discusiones similares se dan en el País Vasco con el euskera y en Galicia con el gallego. Eso, sólo dentro de España, pero imagino que en otros países donde el español conviva con otras lenguas también surgirán conflictos.
 
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